CONJUROS…
Para
que no me olvides, he sellado de ayeres tu memoria y me arriesgo a quedarme
entre penumbras…
Con la llama de una vela que aromatiza los ambientes…
Con una noche de invierno y sin hogueras.
Entre
penumbras para que no me olvides, he de escribirte mis versos esta noche, con
halos de nostalgia y de extrañarte… perforando las huellas que dejamos en la
costa una tarde de abril…
Con
adoquines despegados por la lluvia o por los vientos…
Rasgados por los autos que recorren
la ciudad, sin rumbo venidero.
Para que no me olvides…
He de exponerme a la osada
aventura de recrear rayuelas en el aire e inventar pentagramas exaltando los
colores.
De tu risa y de la mía.
…..
Para
que no te olvide, has de conjugar en paralelo las mañanas y enlazar tu memoria
en mis recuerdos, con la sola presencia de un versículo.
Que se vuelve partidario del eclipse…
Y nos deja conquistar el anhelo de un futuro.
He de quedarme aquí…
Has de quedarte aquí…
En
este panorama que se cuelga de un vestido de ilusiones, como enaguas de antaño
que lucían sus puntillas…
Los recuerdos…
Esos mismos recuerdos que
golpearon a tu puerta y en mi puerta, en el mismo momento de la vida… y con la
misma perspectiva.
Es
de noche…
Hemos de dormirnos uniendo los conjuros de lealtades…
Para que no me olvides…
Para que no te
olvide…
Inventemos
carcajadas de gaviotas en las playas colmadas de deseos… placer inagotable de
una frase secuaz que no escribe…
Por querer preservar lo
que se calla…
(Publicada en el libro: Aquèl horizonte)
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